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En la época de la Unión Soviética , recuerdo una comida en Moscú en la Sociedad de Escritores Soviéticos con la poetisa Ludmila Rivacoba y su marido un ruso-español creo - que supongo que era de la KGB - y los versos de Alberti escritos en la pared allí mismo. Se hacía romántico entonces y se me hace romántico ahora también. Eran poetas funcionarios, pero aún eran poetas. ¡Cómo ha cambiado Moscú con los años! No volví a estar en la Sociedad de escritores funcionarios, que desapareció con la Unión Sovietica. ¿Qué habrá sido de aquel edificio pintado con versos? No he conseguido siquiera dar con él.
¡Un medio español de la KGB!
ReplyDeleteOiga usted, un poco mas y de aquí sale un guión magnífico. O primero una buena novela que dé a luz un guión a posteriori.
Fuera de bromas, qué vivencias mas interesantes.
Me habría encantado compartir mesa con esos poetas funcionarios en ese edificio pintado de versos. Qué romántico. Feliz tú que lo has vivido.
ReplyDelete[Lo mismo el edificio es ahora un Mc Donalds y por eso no lo encuentras.]
Qué majas sois las dos con todos vuestros comentarios dándome ánimos, qué cariñosas.
ReplyDeleteAños más tarde tuve noticias de que desmontado todo aquello de la Unión Soviética, acabaron en un pueblo de Alicante, de donde era originario él, mayores los dos, su casita y su huerta, y sus recuerdos supongo. Voy a ver si consigo enterarme de más.