January 3, 2015

SAM MONTAIGNE

NORTH POTOMAC, MARYLAND. We had spent the previous week around Virginia and Washington DC - and a visit to Baltimore too for a hockey game - meeting people and partying here and there.
On January 1st, to start the new year, S and wife T took all of us in their house in Maryland for an elaborated long Chinese lunch. We then had oranges and tea - brought all the way from Qingdao where they were born - with a kind of warm and delicious corn bread straight from the oven.
Fireplaces came into the conversation - S and T having recently changed theirs. How inefficient the old style ones are but how so many people do not still replace them for the better "stove" type ones. XVI century French philosopher Montaigne had already noted in his "Essays" this difficulty of humans for changing habits, writing precisely about fireplaces at that time around different countries in Europe, and the stubbornness of the people in favor of the advantages of their local ones, against all evidence.
Throughout the conversation in the afternoon in their beautifully arranged cosy house, one could easily realize their high regard for Education, in the way that only Chinese people know how to do. The story of their life, their studies and their work, the way they educated their children, an example of it. It came clear - to me - that China will prevail while the rest of us lag behind in our knowledge about the things we do - preferring to play instead our little games of diversion, of hiding and pretending, of power and vanity. (Montaigne had already observed that too).
And so went the day. They cared about us and treated as like royalty, out of love for Cristina and how she helped them years ago. Thank you. We couldn't have a better start for the year.


Habíamos pasado la semana anterior alrededor de Virginia y Washington DC - y también una visita a Baltimore para un partido de hockey - encontrando gente y de fiesta aquí y allí.
El 1 de Enero, para empezar el nuevo año, S y su mujer T nos acogieron a todos en su casa en Maryland para una elaborada comida china. Luego tomamos naranjas y té - traído desde la misma Qingdao donde habían nacido - con una especie de tibia y deliciosa "corn bread" directamente del horno.
Las chimemeas aparecieron en la conversación - S y T habían cambiado recientemente la suya. Lo ineficientes que son las antiguas pero como tanta gente aún no las reemplaza por las mejores de tipo "estufa". El filósofo francés del siglo XVI Montaigne ya había anotado en sus Ensayos esta dificultad del género humano para cambiar de hábitos, precisamente escribiendo sobre las chimeneas en aquellos tiempos en los distintos países en Europa, y la cabezonería de la gente en favor de las ventajas de las variantes locales, contra todo evidencia.
A lo largo de la conversación en la tarde en su bonita y sencillamente acogedora casa, uno podía obserbar la enorme importancia que daban a la Educación, como sólo los orientales saben dar. La historia de sus vidas, de sus estudios y su trabajo, la manera de educar a sus hijos, un ejemplo de ello. Me resultó claro - a mí - que China prevalecerá mientras los demás nos quedamos detrás en el conocimiento sobre lo que hacemos - prefiriendo nuestros pequeños juegos de diversión, de ocultarse y fingir, de poder y vanidad. (Montaigne ya lo había observado también).
Y así fue pasando el día. Nos mimaron y trataron como si fueramos de la realeza, por el cariño que le tienen a Cristina y lo que les ayudó en la Universidad, hace años. Gracias. No podíamos haber tenido un mejor comienzo para el año.


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