October 21, 2014

ON MATTRESSES, CHAIRS AND GUITARS

ART. Art is certainly obsession for details. A shadow, anything, can change the meaning of it all. Of course art isn't practical, how could it be?
It happened again with the dinning room chairs. I was surprised of how well the decision about the table had gone. No doubt it took a while (years), but once the decision made, and then when the table was brought home, it settled in its place quite nicely. It was nearly (an strange) feeling of peace of mind. I hoped the same was going to happen with the chairs. But it was not to be.
When I lived in London it took my "mattress builder", an artist in his own way, to make 3 different mattresses, all striped, to find the one that made my sleep perfect. That was in one of the Fulham Road bed-makers. Before I had ordered by phone a mattress at a Department Store, which went back its way too.
With the chairs it seems that it is all again back haunting me. Some of them have been going up and down from a furniture store in Bilbao, whom do not seem to mind to have travelling chairs (so far), and we have ended keeping two of them, like if they were two sculptures. To complete the set, after a thorough research (easier now in the internet era) I ended finding a local chair maker (after a world wide search) with "the chair" as it had to be. But the one he had ready made was in "grained" white painted wood. I took it home nevertheless, but I wanted, yes, the chair body to be white, but smoother both to seat and to look at. More whole as a concept. In the conversation that followed, they offered to find a very white beech and then just dye it in white too. To make the story short, I didn't like the result completely. It came a bit pinky, like dirty soap water. Then I ordered, to be made, 4 of the whiter grained ones, as a better alternative, to end up suffering with them at home (and everyone liking them but me).
Thinking and thinking I have found what I don't like of them. They look like a guitar, with a lot of strings! I've always been a piano man myself, with its lacquered keys.
Nobody is very happy with me right now. They have offered to take all the chairs back and to forget about it. But I want the chairs, only they to have a plain white body to go with its clear beech legs. The dream of an artist I call it. 
Others might call it other names. :-)


El arte es ciertamente obsesión por los detalles. Una sombra, cualquier cosa, puede cambiar el significado de todo. Por supuesto el arte no es práctico, cómo podría serlo?
Sucedió de nuevo con las sillas del comedor. Estaba sorprendido de lo bien que había ido la decisión sobre la mesa. Sin duda llevó su tiempo (años) pero una vez la decisión tomada y luego con la mesa ya en casa, se asentó en su lugar bastante pacíficamente. Casi con una sensación (extraña) de paz espiritual. Esperaba que lo mismo pudiera suceder con las sillas. Pero no había de ser así.
Cuando vivía en Londres, le llevó a mi "constructor de colchones", un artista a su manera, hacer 3 colchones diferentes, todos a rayas, para encontrar el que me hacía dormir perfecto. Esto fue en uno de los "bedmakers" de Fulham Road. Antes ya había ordenado por teléfono un colchón en unos grandes almacenes, que fue de vuelta también.
Con las sillas parece la misma historia de nuevo persiguiéndome. Algunas han estado subiendo y bajando, de una tienda de Bilbao, que no parece importarles tener sillas viajeras (hasta ahora) y nos hemos acabado quedando con dos de ellas, a manera de esculturas. Para completar el set, después de una completa investigación (más fácil ahora en la era de internet) acabé encontrando un fabricante local de sillas (despues de una búsqueda mundial) con "la silla" que tenía que ser. Pero la que tenía lista era en madera "rugosa" pintada en blanco. Nos la llevamos a casa, pero yo quería, sí, que el cuerpo de la silla fuese blanco, pero más suave de sentarse, y de mirar. Más entera como concepto. En la conversación que siguió, se ofrecieron a encontrar una madera de haya muy blanca y teñirla en blanco además. Para hacer la historia corta, no me gustó completamente el resultado. Resultó un poco rosada, como agua jabonosa sucia. Entonces, encargué hacer 4 de las rugosas más blancas, como mejor alternativa, para acabar sufriendo con ellas en casa (y todo el mundo contento con ellas menos yo).
Pensando y pensando, he descubierto qué es lo que no me gusta de ellas. Parecen una guitarra, con muchas cuerdas! Yo siempre he sido más un tipo de piano, con sus teclas lacadas.
Nadie está muy contento conmigo ahora mismo. Se han ofrecido a llevarse todas las sillas y a olvidarnos del asunto. Pero yo quiero las sillas, solo que quiero que tengan un cuerpo liso blanco con sus patas claras de haya. El sueño de un artista lo llamo yo.
Otros pudieran llamarlo otros nombres. :-)

6 comments:

  1. He leído con interés esta disertación sobre el mundo silleril, pero no acabo de enterarme del todo, hay muchos flecos en esta historia, jajajaj... De la foto me quedo con la "peaso lámpara".

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    1. Tienes razón. Si la contara entera en detalle, sólo con la de los colchones de para un libro. No un libro larguísimo pero un buen libro!

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  2. I understand this obsession completely. Shadows and corners, the lay of a room, and the way accouterments look in sunshine and shade are important and color is essential! I've obsessed over a rod and a valance now for a month.

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  3. And what a tremendous feeling is to be understood! Thank you

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  4. En un continente tan clásico como tu casa (y tu ciudad, claro...) le va bien esos contrastes de diseño y modernidad. Me gustan las mezclas; y esas dos sillas "escultura" que se vislumbran al fondo, bien merecen otro post. Abrazos.

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  5. Look at this !!!
    http://www.westwing.es/c-la-deco-que-atrapa/

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