MEMORIES. When I.A. made of Cafe Iruña - a decadent old style big Cafe -the fashion place in Bilbao where everyone in the city met, lunched, had coffee in the afternoons and listened to music in the evenings like taking turns to keep the place fully packed from morning to night, I was by his side, the boy for you name it the errand. Everyday was a thrill on those days. Then I joined a bank, like it didn't make sense to study so much to end up running a bar, but I stilled joined the boss'es table now and then for a while. He sat at the top of a secluded long table at the end of the Cafe. Protégés, his little realm, friends in need, and the occasional beauty would gather around for the free meal. Then, suddenly, I was already living in London, he died. Young. The man capable of making his will happen, most of the time, against the odds.
Last week, 25 years later, one of those strange things of life put me again working for him. His son and daughter - children then, now on their 30s - are now in charge of the old Cafe, trying to save it from its new decadency. It is like an old duty to do some errand for the boss again. I could feel the thrill back too.
Banking can have these things - see Sherwood Forest - unlikely as it may seem :-)
Cuando I.A. hizo del Cafe Iruña - un viejo Cafe de tiempos pasados - el lugar de moda de Bilbao donde todo el mundo quedaba, comía, tomaba café por las tardes y escuchaba música por las noches como haciendo turnos para mantener el lugar siempre lleno de la mañana a la noche, yo estaba allí, el chico para los recados. Cada día era una emoción en aquellos días. Luego entré a trabajar en un banco, como si no tuviera sentido tantos estudios para acabar en un bar, aunque durante algún tiempo aún continué yendo a veces a comer a la mesa del "boss". Se sentaba a la cabecera de una larga mesa escondida al final del Cafe. Protegidos, su pequeña corte, amigos necesitados y alguna belleza ocasional nos reuníamos alrededor. Luego, repentínamente, yo vivía ya en Londres, murió. Joven. El hombre capaz de hacer que lo que pensaba que tenía que ser se hiciera realidad, hasta cuando cualquiera lo pensara imposible.
La semana pasada, una de estas cosas extrañas de la vida me puso trabajando para él de nuevo. Su hijo y su hija - niños entonces, ahora en sus 30s - están ahora llevando el viejo Cafe, tratando de salvarlo de su nueva decadencia. Es como un antiguo deber hacer algún recado para el boss otra vez. Pude sentir la emoción, de vuelta también.
La banca puede tener estas cosas - ver Sherwood Forest - improbable como pueda parecer :-)
in such places I loved to spend time being a bit younger:)
ReplyDeleteBlog about life and travelling
Blog about cooking
Lo hizo porque no sabía que era imposible...
ReplyDeleteAurrera Robin Food, jejeje...
Chato, lo que has puesto es el Café Iruña de Pamplona, si lo sabré que es uno de mis lugares favoritos. Saludos ;D
ReplyDeleteTienes todo la razón. Ahora mismo cambio la foto. Gracias.
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